miércoles, 29 de agosto de 2012

Funcionarios II (el desenlace)

Increíble pero cierto, a la primera fue la vencida. No sé si fue porque la señora  había leído la última entrada en el blog o si simplemente era porque fue la misma que me había dejado amablemente anotado lo del cambio de tarjeta (en vez de la que me dijo que lo había dejado mucho tiempo) pero el caso es que todo se solucionó en unos minutos. 

Y no fue un vini vidi vinci de milagro. Como se ve que alguna vez le habrá pasado, inmediatamente comentó que iba a poner la fecha como si hubiera ido el viernes anterior. Ya se sabe, quien hizo la ley, hizo la trampa (en el sistema informático, que no en el de prestaciones por desempleo que a saber lo que habrá por ahí). Pero entonces aconteció un problema que le daba momentáneamente la razón a la entrada del blog y con el cual crecía mi desesperanza. 

La señora funcionaria, haciendo de necesidad virtud, aprovechó el problema para actualizar otra información que también había ido a actualizar por lo que ahí la verdad es que no se produjo pérdida de tiempo. También me comentó que la prestación ya aparecía en el sistema por lo que todo estaba correcto y solo hacía falta arreglar lo que había que arreglar. Entonces sus hábiles manos se desplazaron sobre el teclado como lo hacen los hackers en las películas y .... tachán ... anunció que ya estaba todo listo. 

Reconozco que me quedé en fuera de juego. Un par de días después de despotricar contra los funcionarios malos, contra la administración, los políticos y demás, justo cuando ya estaba sacando una cita doble para el primer día que hubiera hueco, todo se solucionaba en cuestión de minutos. Menos mal que siempre está la profesión para echarte una mano en esos momentos. El ordenador no me iba a dejar tirado ... bueno a ella sí :-). 

En particular tuvo que mandar a imprimir desde el ordenador de su compañera porque el suyo estaba teniendo ese día problemas de red y me da que el documento que había que imprimir no terminaba de generarse. De hecho comentó que se le había abierto justo después de que lo imprimiera satisfactoriamente desde el otro ordenador. Esos minutillos de incertidumbre impresora fueron los que necesité para recomponerme. Uff, menos mal ;-).

Un saludo, Domingo.


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