jueves, 22 de noviembre de 2012

Un año ... detrás de otro

No, esta vez no voy a hablar de lo rápido que pasa el tiempo, en particular lo rápido que crecen los niños. Esta vez solo quiero hacer un breve comentario de algo que en principio iba a ir en la entrada anterior pero al final he preferido separar: Rajoy ganó las elecciones hace un año y por tanto queda poco para que se cumpla el año desde su toma de posesión, aquella ceremonia donde se puso al timón de un barco que hacía aguas gracias al nefasto tándem que protagonizó junto a su predecesor.

Eso sí, aunque personalmente creo que el PSOE no se está diferenciando mucho del PP como opositor, ellos tienen la excusa de estar todavía bajo el efecto de un jarabe de palo que no parece terminarse. A principios del 2011, tras el primer traguito, vomitaron el poder de ayuntamientos, diputaciones y comunidades. Hace un año, tras el segundo, una diarrea colosal terminó de vaciar el poco poder que hasta entonces ostentaban (no voy a ser yo quien diga que lo detentaban). Todo parecía controlado porque el tercer trago no les sentó tan mal. Un pueblo andaluz que no sé si alguna vez entenderé dejó en el poder a los mismos que se han llevado crudo o han permitido que otros se lo lleven. No me gustaba el PP andaluz y por eso no lo voté pero, desde luego, los resultados del PP, PA o UPyD así como los del binomio Valderas-Griñán o Griñán-Valderas solo puede ser entendido como que el andaluz medio considera la corrupción actual en la Junta de Andalucía como un mal menor.

Tras ese paréntesis de esperanza andaluza, hace escasamente un mes el cuarto trago debió mezclársele con bilis. No se explica de otra forma lo amargo del resultado en Galicia y en Euskadi. Y dentro de tres días todo parece indicar que terminarán de echar los higadillos en Cataluña.

El "castigo" al caso del PSOE se me antoja hasta justo tras lo mal que lo habían hecho en fechas muy recientes en el gobierno central, el catalán, el vasco y el gallego. Por otro lado, el "premio" al PP también se antoja excesivo en muchos de los casos. En España la victoria estaba cantada y tras los funestos años zapateriles llegan ahora los inciertos años marianos, pero la aplastante mayoría absoluta no debía haber sido tal. En Andalucía ganaron/perdieron o como quiera verse pero no gobernaron lo cual, aunque me pese por la parte de los EREs y de los desatinos de la Junta, no deja de tener también un puntito de compensación por lo ocurrido en España.

En Galicia solo he escuchado que la labor de Núñez Feijóo ha sido razonablemente buena, contrastando con el "coqueteo nacionalista galego/socialista" de la etapa anterior por lo que los resultados puede que sean merecidos. En Euskadi creo que el PP fue generoso con el PSOE pero en los últimos años ha tenido eso y poco más en su haber así que los resultados también parecen bastante lógicos aquí.

Y finalmente, la madre de todos los corderos, Cataluña y un president que no es David Copperfield, es Más ;-). Un prestidigitador capaz de convencer a sus ciudadanos de que no deben mirar la nefasta gestión que hay bajo sus pies sino la Arcadia independiente que asoma en el horizonte sostenida sobre poderosos pilares de nubes. Imagino que sabe que no tiene sentido aunque quizás se crea sus propios argumentos y esté convencido de que sí. Lo que sí es evidente es que sabe que lo único que puede sacar a corto plazo es una mayoría absoluta y, de hecho no parece que quiera otra cosa mientras juega con los sentimientos de miles de personas a los que va a defraudar. Pero tiene la respuesta preparada, él lo habrá intentado, la culpa será de esa malvada madrastra llamada España.

¿Conclusión?. Sin dedicarle un segundo a lo que ha hecho Rajoy durante el último año, simplemente viendo los tejemanejes políticos de las diferentes autonomías, se puede colegir de que la cosa no ha ido bien. Si encima miramos y vemos los índices de paro, de actividad y, sobre todo, la calle, los amigos, los familiares ... el balance no puede ser sino que el último año no ha sido bueno. Esperemos que el próximo año mariano sea mejor porque si no ...

Año mariano es ese que dicen,
Que revive la fe y recupera el aliento.
La verdad es que debe ser cierto:
Estamos todos rezando a la Virgen.

Un saludo, Domingo.
P.D.Es cierto que en realidad las sonoras victorias/derrotas no lo son tanto es solo la ley electoral (sobre todo las circunscripciones) la que premia o castiga en exceso pero eso es otro tema.

La huelga general, mi huelga particular

La pasada huelga general del catorce de noviembre es, que yo recuerde, la primera huelga general desde que tengo edad de trabajar que veo "desde fuera". Mejor dicho, desde que soy mayor de edad porque edad de trabajar ya tenía antes aunque hubiera sido de aprendiz de algún oficio en vías de extinción ... sobre todo con la que está cayendo ahora.

A las anteriores no acudí, bien por estar de acuerdo con la reforma o bien por no estarlo con las reformas pero tampoco con las re-"formas" de los huelguistas entendidas como las formas que reiteradamente han venido demostrando cada vez que han tenido la ocasión. Ciertamente no deben ser todos pero al no recibir la contundente condena del resto o al menos del aparato (de su aparato), se convierten en algo no muy diferente a los ultras radicales de un equipo de fútbol.

A esta, en cambio, no acudí ni escuché la evolución por internet/radio/televisión por eso que algunos llaman desgana, desidia o falta de solidaridad con aquellos que sí creen que la "lucha" es el camino. Yo, en cambio, creo que el camino son los votos. A una mala reforma laboral de uno de los grandes partidos debería seguirle, ipso facto, una declaración del partido de la oposición diciendo que en cuanto lleguen al poder (que no tardarán tanto como algunos desearían y otros temen) la cambiarán. Declaración unida, cómo no, de forma inexorable al hacer buena su palabra y cumplir sus promesas. Esto no ocurre, lo permitimos y lo volvemos a permitir votando siempre a los mismos convencidos, digo yo, de que los nuestros son los buenos (o parecen malos pero es solo cuestión de tiempo que dejen de serlo y muestren su auténtico yo).

Me citaban hace no mucho por Twitter la, para mí desconocida, Ley Campoamor según la cual, los demonios se quejan de los ángeles y viceversa (o algo así). Claro, esta ley parte de dos supuestos, el primero que hay dos o más bandos y el segundo que solo uno de ellos es bueno. En este caso yo considero que no hay dos o más bandos sino solo uno, el de los profesionales de llenarse los bolsillos (de iPhones y iPads por ejemplo) mientras una boca llena de demagogia les impide mascar otra realidad que no sea la suya. O en todo caso, si de verdad hay varios bandos (derecha, izquierda, sindicatos), todos son malos, al menos con sus dirigentes actuales. A mi juicio, cualquier persona que crea que Rajoy es mejor que Rubalcaba o viceversa debería hacérselo mirar y cualquiera que piense que Toxo o Méndez tienen algún tipo de legitimidad simplemente porque durante decenios se han dedicado a jugar a políticos dentro de una estructura más de poder, también.

A pesar de todo, no veo la solución en la anarquía sino en que empecemos a exigir el cumplimiento de programas políticos y a que seamos críticos. Si un partido te defrauda, castigado 10 años sin votarlo. Dudo que esto se produzca en un futuro próximo. En particular no se producirá si la cosa empieza a mejorar y "San EdMundo globalizado" salva a Rajoy de la quema. Si puede salir de esta con su propio Post hoc ergo propter hoc , puede que hasta quede para la historia como el gran estadista que lo consiguió todo haciendo muchas cosas de dudosa utilidad, en contraposición con su precedente que puede quedar como el que lo perdió todo por no hacer nada realmente útil. Esto, mucho más que unas elecciones gallegas, le permitiría salir reelegido gritando a quien quiera oírle que el pueblo ha respaldado sus políticas.

Y tampoco creo que se produzca si tardamos en salir 5 minutos más de lo necesario (que por cierto era ayer) pues entonces la mala memoria proverbial de nuestros compatriotas sacará a Rubalcaba de su corta trayectoria por el desierto para que, él sí, pueda obrar el milagro vía San EdMundo laico.

¿Puede parecer un retrato pesimista?. Pues sí, probablemente lo es. En mi descargo solo tengo una cosa, el día de la huelga lo pasé en gran parte buscando trabajo o facilitando el encontrarlo mañana. Creo (y espero) que eso va a resultar más útil que las guerras de cifras de convocantes y gobierno.

Un saludo, Domingo.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Donde dije digo ...

Escuchaba hará algo más de una hora, en un documental de TV, a una mujer decir entre otras cosas que el habla nos da la posibilidad de decir cosas no dichas hasta ahora. Entonces pensé que, dado un número suficiente de palabras, era más que probable que cada frase que dijéramos fuera única en toda la historia de la humanidad. La pregunta subsiguiente era: ¿cuál debe ser el número mínimo de palabras para poder asegurar con una probabilidad suficientemente alta que hemos creado una frase que jamás nadie dijo?.

Se me ocurrió contar el número de personas que ha vivido hasta ahora. De ellos podríamos centrarnos en estimar solo aquellas de países que tienen o han tenido el español como lengua madre. O haciéndolo todo mucho más sencillo, habida cuenta de que solo es una estimación, si ahora estamos en unos 400 millones de personas, que el castellano como tal comienza en el siglo X  y una evolución lineal del número de hablantes tendremos una aproximación bastante por encima, pero sencilla del número de hispanohablantes que ha habido en la historia. En concreto, si en 1000 años se pasa de 0 a 400 millones, sería una progresión aritmética de diferencia 400.000 y la suma de personas/año serían 400.000 * 1000*1001/2 = 200.000 * 1001000 que es aproximadamente igual a unos 200.000 millones de personas/año

Mucho más complicado sería estimar el número de frases diferentes que una persona puede decir en un año, quitando además las repeticiones que serán muchas. Sin embargo, en cuanto usemos un neologismo ya sabemos que, como mucho, solo algún contemporáneo ha podido decirlo. Esto nos evita el problema de tener que estimar el número de palabras y también el de hispanohablantes. Una lástima, con lo bonito que había quedado ...

Vamos con un segundo intento. Hablamos por minuto es como máximo 200 palabras. Por otro lado, parece que El País recomienda no usar frases de más de 20 palabras si quiere que se entienda bien lo que vamos a decir. Suponiendo que esta fuera la media, es decir, 10 frases por minuto. Si hablamos 4 horas al día, 2400 frases por día y resulta que no llegamos al millón de frases por año. 400.000 millones de personas, durante pongamos 10 años a 1 millón de frases al año nos salen 4  billones (españoles no como esos nuevos que ha aprobado la RAE) de frases dichas como máximo con ese neologismo. Un 4 y 12 ceros contando todas las repeticiones.

Y como el español tiene unas 100.000 palabras (sin incluir derivados o tiempos verbales), el número total de frases (con y sin sentido) disponibles sería de 100.000^20 o lo que viene siendo un 1 seguido de 100 ceros. No cabe duda de que es un número elevado y que incluso quitando las que ningún sentido tienen nos debe salir otro número también bastante elevado. Decíamos que frases que se hubieran podido decir eran del orden de 10^12 mientras que el número de posibilidades es estratosféricamente superior. Bastaría pues con decir alguna frase sin sentido de 20 palabras para prácticamente asegurarnos de que nadie la haya dicho. A pesar de todo, aspiraríamos a haber dicho algo que nunca haya dicho nadie en ningún contexto y seguimos teniendo como mínimo dos opciones para ello:
  1. Por supuesto, usar algún neologismo o localismo, eso nos facilitaría mucho la vida. Evidentemente, cuantos más, mejor.
  2. Construir frases de más de 20 palabras, complicadas de entender, puesto que no es probable que hayan sido usadas con anterioridad
Por tanto, tras algo de cálculo posiblemente inútil, sí, es probable que la mujer del documental tenga razón y todos nosotros, empezando por mí mismo en este texto, digamos al día alguna que otra, si no muchas, frases que ningún ser humano hubiera pronunciado con anterioridad.


Y todo esto por ... pues por el documental y porque ayer me dijeron "digo" donde antes habían dicho Diego. En concreto me habían dicho (y varias veces) que estaban buscando a alguien para trabajar en horario europeo. Sin embargo, ayer como excusa pusieron que la mayoría de las reuniones tendría que ser en horario estadounidense. También me dijeron que habían tardado en tomar la decisión por alguna circunstancia nueva que tuvieron que tener en cuenta. Curiosamente habían estado retrasando la comunicación de la decisión durante varios días y a cada retraso le seguía una nueva entrevista con una nueva persona en la sistemáticamente me preguntaban lo mismo y en la que yo sistemáticamente respondía lo mismo. Conocían perfectamente mis circunstancias desde el jueves pasado y las reuniones se antojaban innecesarias si ya sabían que no les cuadraba. Puede ser cierto eso de que les ha surgido algún elemento nuevo que han tenido que ponderar, ¿quién sabe?.

En cualquier caso:
  1. Estoy convencido de que ayer hubo varias frases que fue la primera vez que escuché. A pesar de todo no estoy seguro de que fuera la primera vez que se dijeran, claro está.
  2. Por su parte, ellos se lo pierden. Por la mía, habrá que seguir buscando.
Un saludo, Domingo.

Teorema de Pitágoras

Hace un par de días escuchaba el minuto 10 del podcast de un programa deportivo, el siguiente de Onda Cero: http://podcast.ondacero.es/mp_series1/audios/ondacero.es/2012/11/04/00027.mp3

Hay quien dice que no soporta a Javier Ares cuando se cabrea y empieza a despotricar tal como lo hacía García en sus tiempos. A muchos simplemente no les gusta su voz. Otros directamente tienen otras preferencias políticas/radiofónicas y no es probable que su radial se pose por ahí. A mí no me disgusta pero reconozco que tengo razones mejores para escuchar el programa y en particular suelen ser los comentario de algunos de los invitados (Craioveanu, por ejemplo) y sobre todo los del copresentador, Taboada a quien también sigo en su reverso de la Brújula.

Sin Embargo, hay que admitir que el podcast supuso un duro varapalo a la vez que una cierta desilusión (otra más) con el género patrio. Por resumir, en un contexto jocoso sale a relucir el Teorema de Pitágoras y cuando el de "ciencias" del programa, Alexis a.k.a. "Mr. Chip", encargado de las estadísticas buenas y malas a las que tanto nos han (o hemos) acostumbrado, dijo que el teorema era muy útil y que él lo utilizaba. Y entonces se arma la de Dios.

¿Cómo es posible que personas de un nivel cultural que se presupone alto puedan soltar semejantes barbaridades por la radio?. Entendería que dijeran que debe tener su utilidad pero ellos no lo han usado nunca e incluso, en un alarde de honestidad, que no sabrían usarlo. Entendería pues, que reconocieran su ignorancia y, mostraran propósito de enmienda; lo que no entiendo es que hagan ostentación de la misma. O puestos a entender, entendería las bromas de Leo Harlem pero esas declaraciones de Taboada acerca de que: "el saber no ocupa lugar" ...

En fin, así nos va.Yo solo voy a dejar lanzada una pregunta. ¿Cuál sería la tasa de paro de España si las personas supieran para qué les puede servir el teorema de Pitágoras aunque no lo usaran en su vida?. Porque lamentablemente lo que suelen/solemos saber es si Ronaldo o Messi se han lesionado o qué pasó en el programa de telebasura de turno. Para mejorar lus relaciones sociales probablemente van/vamos en buen camino. Para que mejore la sociedad en su conjunto me atrevería a decir que no.

Un saludo, Domingo.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Nuevas experiencias

Tres meses después de mi último trabajo, no he podido resistir la tentación y he vuelto a hacerlo. No es que quisiera pero es que ciertamente hay tentaciones con las que directamente no se puede. Esta semana pasada he estado probando cómo era eso de trabajar desde casa y lo he estado haciendo con una empresa que me ha tenido a prueba. La semana que viene recibiré la confirmación o su ausencia pero por lo pronto me vale para sacar alguna que otra conclusión:

  1. Para que una empresa sea buena solo necesita estar bien gestionada. Yo pensaba que en esta me darían algún tipo de trabajo durante esta semana, algo así como: "dadle algo al becario y vamos viendo cómo es". Sin embargo, la semana trataba sobre sus procesos, te enseñaba cómo estaban estructurados, cómo funcionaban ... y después te hacían pasar diferentes pruebas de todo tipo. He de decir que he quedado gratamente impresionado por cómo tienen montado el chiringuito.
  2. Trabajar en Europa con horario estadounidense es posible. Sin embargo, requiere que la empresa permita una cierta libertad de horario porque las 11 de la noche de España se corresponden con las 5 de la tarde de la costa Este, las 4 en el centro o incluso las 3 en la Costa Oeste. Con estas diferencias es obvio que tanto la comida como la cena pueden resultar afectadas. Para poder cenar en familia, una solución podría ser que te dejaran entrar antes de tiempo y también salir antes de tiempo. Sinceramente ignoro cómo se las arreglan en la India aunque me puedo hacer una idea. Si el sueldo en ambos casos es el mismo, en la India es como si te pagaran 6000 euros al mes por trabajar de noche o parcialmente de noche.
    Aquí, por ese dinero, te lo puedes pensar. Algo así como si te fueras a Alemania un año y además ves más a la familia y te ahorras los aviones. En cambio por 1000 ó 1500 euros al cambio, a los cuales habría que sustraer los 300 euros del autónomo, como que ya pierde atractivo.
  3. El primer día de trabajo se hace igual de eterno en todos los trabajos. Ciertamente yo solo he tenido uno hasta ahora pero lo comparo, por ejemplo, con la vuelta de vacaciones.
  4. Los sistemas de Google, correo, documentos compartidos y demás, son ideales para este tipo de trabajo. Si a ello le sumas una buena organización, comunicación mediante Skype que también permite compartir pantalla, llamadas internacionales a bajo coste y demás, todo se facilita sobremanera.
  5. Las máquinas virtuales estilo Amazon son casi obligatorias. Si necesitas realizar alguna prueba, levantas la máquina virtual y ya tienes tu ordenador disponible para trastear sin miedo a lo que pueda pasar porque en el peor de los casos borras la copia que se ha estropeado, haces una nueva de la original y "palante".
  6. Trabajar desde casa no supone trabajar menos, más bien al contrario. Y no solo porque en tu casa no haya horarios porque los horarios te los puedes imponer tú y además las plataformas de Freelances como oDesk o eLance tienen aplicaciones para llevar un seguimiento del tiempo que trabajas, incluyendo la toma de "fotos" de tu pantalla o de tu webcam para asegurarle a tu empleador que realmente estabas trabajando y no mirando el Marca. Es decir, que sabes que vas a trabajar (por ejemplo) 40 horas a la semana y además esas 40 horas deben ser horas productivas. Afortunadamente para mí esta parte no creo que sea un problema, aunque para otros parece que sí porque hay quien se dedica a crear y ejecutar programas que simulan actividad en la máquina mientras se van a tomar el café ... o lo que sea.
  7. Echo de menos el Office en inglés. En español los atajos de teclado no son los mismos y se pierde mucho tiempo. Aparte, como no quiero utilizar software ilegal, ahora mismo tengo la versión gratuita de Office que traía el portátil más el Open Office, que está muy bien para salir del paso pero sin duda no es lo mismo.
  8. Si no fuera contratado, definitivamente intentaría seguir por el mismo camino, buscando un horario que me permita comenzar a las 9 de la mañana. Comenzar a las 2 está muy bien pero acabar a las 10 ó a las 11 ya no tanto. Y si no, pues bueno, siempre se puede probar y, si no te gusta, dejar tirada a la empres. Eso parece que fue lo que hizo la persona que ocupaba el puesto para el que ahora se plantean contratarme. Yo, si me comprometo, es para cumplir mi palabra. Para equivocarse echándome ya están las empresas ;-).
Así que nada, dentro de unos días sabré si vuelvo pronto a la rueda y en qué condiciones o si seguiremos pescando en aguas internacionales.
 
Un saludo, Domingo.