sábado, 28 de julio de 2012

Dos tortas

Esta es otra de las entradas que tenía pendientes y para las que había reservado un huequecito. Me la sugirió un curso al que asistí hace ya tres semanas pero bueno, el concepto es sencillo. Durante el curso, bastante bueno como casi todos los impartidos por personal que se dedica a ello en exclusiva y además está dotado para ello pues no todos lo están/estamos.

La temática del curso, aunque interesante, poco importa. Digamos solo que tocaba tangencialmente (o no tanto) la inteligencia emocional. Durante un momento dado, la  instructora comentó que había conocido a uno de los guionistas de "La Súper Nanny" y que comentaba maravillas de ella. No lo dijo ella (creo), lo digo yo, era un César Millán de los niños. Igual que el mexicano rehabilita a los perros y entrena a los dueños, esta mujer rehabilita a los niños y entrena a los padres.

Reconozco que hablo de oídas más que lejanas y también reconozco que solo he visto uno de los capítulos de "La Súper Nanny" y porque la familia que aparecía era más o menos conocida de por mi familia política. Lo otro que he visto han sido retazos del programa. Y tanto en esos retazos como en aquel capítulo la sensación que me quedó es que la solución son dos tortas con matices. Y los matices no son demasiado complicados. El primer matiz es que ante a niño que pone a prueba los límites de forma constante hay que darle un par de tortas reales o metafóricas dependiendo del caso. Ya lo dice el refranero, al arbolito desde chiquitito. Se le pone una guía para que la siga y crezca recto porque como le des tiempo a que crezca doblado ...

El segundo matiz es que si el árbol ya está doblado o se está doblando es porque a los padres les hacían falta un par de tortas. Con un poco de suerte se les puede dar y, si aprenden la lección, se enderezan la guía (los padres) el árbol (el niño) y todos felices.

Y el tercer matiz es que deben ser dos y solo dos las tortas. Las tortas deben ser el último recurso. Si se convierten en el primero directamente no serán un recurso o serán un recurso baldío. Es más, me da que muchos de los casos en los que los padres necesitan un par de tortas se pueden dividir entre aquellos que no dieron ninguna y aquellos que erraron en el número y el tiempo.

Un saludo, Domingo.

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