jueves, 5 de julio de 2012

Campeones

Y al final ganamos. Si en el mundial fue el gol de cabeza de Puyol en la semifinal contra Alemania el que me pilló en el coche, esta vez fue el segundo de la final, el de la tranquilidad, el que nos reunió a la mitad de los bares del pueblo y a unos cuantos disidentes sobre cuatro ruedas, yo, camino a casa. Los coches empezaron a hacer resonar el claxon, me pidieron que los imitara y los imité. Un día es un día. Ya luego, en casa, vi los otros dos goles y, con especial emoción (no termino de saber por qué) el gesto de generosidad de Torres al ceder el balón a su compañero Mata.

La verdad es que desde entonces no me he fijado mucho en la evolución de los balcones. No sé cuántos habrán descolgado ya la suya. Ahora camino del fútbol me fijaré. Por lo pronto veo por la ventana una bandera que tiene pinta o bien de haber cumplido ya su misión o bien de haber disfrutado junto a su dueño de una o varias veladas de alegría y desenfreno.A ella va dedicada la siguiente rima:

Campea en el tendedero
A la diestra de mi espalda,
Muy limpita, con esmero,
Pendendiera rojigualda
Españoles satisfechos,
Onanistas y patriotas,
Nunca hubo mayor trecho,
Estrechado por pelotas,
Saboreemos el afrecho.

Y es que, a falta de pan, buenas son tortas ... o incluso, si la cosa se pone muy malita, hasta afrecho.

Un saludo, Domingo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario