sábado, 1 de diciembre de 2012

Fundación Luis Olivares

En ese mismo acto de reconocimiento a los donantes hubo dos colaboradores especiales. Mencionaré primero al último que no es sino el mismo poeta malagueño que nos deleitó cuando me entregaron la gota de oro en el 2005. Por suerte por aquel entonces ya tenía blog y mis tecleos quedaron grabados:
http://donmingo2005-2006.blogspot.com.es/2005/05/i-love-diana-navarro.html

Igualmente puedo decir que me olvidé de buscarlo o, como ahora, lo he buscado pero no he encontrado quién es. En cualquier caso, volvió a recitar sus ingeniosos versos y el auditorio, al igual que hace siete años, lo disfrutó y de qué manera.

El primer colaborador, el motivador de esta entrada, es el padre de Luis Olivares, un niño que mis padres y mi hermano llevaban en el autobús escolar. Recuerdo perfectamente que ellos hablaban del caso, caso que conmocionó al colegio porque, tal como dice el padre en la página web de la fundación, era un niño muy querido. De hecho, no recordaba el nombre de la fundación y busqué el nombre que recordaba, el del padre, Andrés Olivares. Tras la primera búsqueda ya quedó claro que el enlace que buscaba no era otro sino el siguiente http://www.fundacionluisolivares.org

Pinché en el enlace y, nada más aparecer la fotografía, mi hermano que normalmente solo se preocupa de las imágenes que la Play Station manda a su retina pregunta a mi madre ... ¿no se parece ese niño a Luis?. Efectivamente, era una foto de Luis. Me emocioné ayer al escuchar la historia y hoy de nuevo al leer las palabras de su padre y ver cómo hablaban de él mi madre y mi hermano. Según dicen era muy travieso y no hay duda de que pocas cosas podrán ganarte más que sea a la vez travieso y de buen corazón. Es una pena que su corta vida se viera truncada a los 9 años. Si en solo 9 años consiguió lo que ha conseguido, ¿qué no hubiera podido lograr de haber podido superar su enfermedad?.

Un saludo, Domingo.

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