sábado, 21 de enero de 2012

Vivir en el campo

Aprovecho esta entrada para hablar de algo sobre lo que estuve hablando ayer así como de algo de lo que tenía pensado hablar desde hace un tiempo. En concreto ayer se celebró la segunda o tercera (el Alzheimer ya me impide recordarlo) reunión anual en casa de Jesús. Allí hablábamos sobre la crisis, sobre lo mal que estaban las cosas sobre el papel para muchos aunque probablemente en la vida real solo para un porcentaje de ellos y sobre lo conformistas que somos en España donde quien más quien menos (y yo me incluyo) quisiéramos tener nuestra "paguita" y vivir tranquilamente en el lugar que los europeos eligen para jubilarse.

En el párrafo anterior "paguita" hace referencia a una cantidad variable. Muchos posiblemente necesitaríamos una cantidad más elevada, para pagar hipoteca, comida, ropa  ... y la "paguita" no es realista. Esas personas, entre las que de nuevo me incluyo, nos tendríamos que conformar con un trabajo de duración aceptable que permitiera realmente conciliar la vida profesional y familiar. Sin embargo, sí que hay mucha gente a la que con 400 euros les basta, por los motivos que sea, pero les basta. Una de las anécdotas que surgieron fue la de una persona sin empleo estable a la que proponían un muy buen sueldo, horas extra aparte con el inconveniente de tener que trabajar pues probablemente lo que trabaja alguien en un supermercado o una gasolinera. Esta persona, de forma sorprendentemente no sorprendente, rechazaba el puesto en favor de sus chapucillas y la "paguita".

No coincidía yo con Jesús acerca de cuándo se saldrá de la crisis pero eso es materia para otra entrada y tomo nota de ello. Pero eso tampoco viene al caso. Lo fundamental es el "diseño" de esa vida futura que todos queremos y esperamos tener. Hay, sin duda, imponderables como la desgracia que asoló el hogar de unos "amigos de amigos" y que fue noticia hasta en el Diario Sur. Una niña de siete años, una familia destrozada. Que la niña descanse en paz y la familia descanse algún día. Hay otros imponderables como el Audi que casi me lleva por delante esta mañana. Camino del fútbol, iba a girar, miré y no venía nadie (o no lo vi). A mitad de la curva escucho un claxon y veo un Audi a velocidad elevada que me esquivaba mientras sacaba zumo de claxon a dos manos. No me lo llevé por delante de milagro gracias a que él no frenó me esquivó, quizás aceleró. No me lo llevé a él por delante de milagro, gracias a que él no frenó y me esquivó. No sé si se ha notado pero no tengo claro de quién fue la culpa, posiblemente de ambos. En cualquier caso le hice gestos suplicando su perdón e indicándole que no lo había visto, no fuera encima que se bajara y tuviera que bajarme yo también a enseñarle las suelas de las botas nuevas que compré en www.sportsdirect.com

Pues como decía, salvo imponderables, el futuro llegará y hay que procurar que te coja tal como deberíamos intentar salir de la crisis, en las mejores condiciones. Por eso, y por el trabajo previamente hecho, este año tengo la FIRME determinación de llegar a los 75 kilos y establecer ahí el campamento base, no volviendo a superar en ningún caso (determinación pero no tan firme) los 80 en los que estoy hoy.

Además, me gustaría realizar cierta actividad física y no me importaría que fuera en el campo. Lo poco que he podido realizar en este sentido no me ha disgustado. Sin duda se trata de un trabajo muy duro y exigente, tanto más cuanto tu sustento dependa del mismo. En mi caso mi ideal incluiría la combinación de este trabajo con otro más propio de mis áreas de experiencia. Lamentablemente, lo segundo, lo veo más complicado. Pero bueno, nunca se sabe qué nos deparará el futuro.

Lo que sí tengo claro es que, aunque hay quien no, me gustan las siluetas de las higueras desnudas en invierno, las naranjas recién cogidas del árbol y no me importa acarrear matojos de sarmientos. La recogida de limones a gran escala no la he probado todavía así que no me puedo pronunciar. Y también tengo claro que me gustaría que mis hijos se criaran en un entorno así; no solo en él pero también en él.

Un saludo, Domingo.

1 comentario:

  1. ¡Y que sean muchas más! Últimamente nos vemos muy poco y la verdad es que me alegra mucho que al menos mantengamos esos encuentros bianuales.

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